Corcholatas en Campaña
¿Quién iba a pensar que las corcholatas, esas tapitas de las chelas, se iban a volver la última sensación política en Puebla? La democratización y politización ciudadana están a tope gracias a estas pequeñas piezas de metal. Pero bueno, como todo en la vida, esto tiene su lado chistoso y su lado «¿En serio?»
Aquí en Puebla, la publicidad política está más desatada que fiesta de viernes por la noche. Espectaculares, lonas, folletos… ¡Hasta en la sopa! Y eso que aún no arranca la campaña oficial. Me pregunto qué vamos a hacer cuando empiecen a soltar toda la artillería en los próximos meses. ¡Van a tener que poner semáforos en los espectaculares para que no choquen entre ellos!
Morena decidió hacer suspense y postergar el anuncio de quiénes liderarán las coordinaciones en defensa de la cuarta transformación. ¿Por la paridad de género? ¿Porque la contienda está más reñida que el clásico de fútbol? ¿O se quedaron dormidos levantando las encuestas? ¡Qué emoción, amigos, esto parece más un reality show que una elección!
Ahora, hablando en serio, ¿se han preguntado quiénes son los benefactores detrás de toda esta parafernalia? No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas de que alguien está soltando la lana para que las corcholatas no paren de rodar.
¿Y qué pasa con los perdedores de las encuestas? En mi pueblo dicen que «hay que pedir el rancho para que te den la vaca», pero en política, parece que algunos piden el rancho, la vaca y hasta el tractor. ¿Qué buscan realmente? Esa es la pregunta del millón.
El doble filo del asunto es que esta avalancha de propaganda está generando más fastidio que el tráfico en hora pico. Los espectaculares y lonas ya son como los vecinos pesados que no te dejan en paz. Las prácticas políticas que creímos muertas y enterradas están de vuelta, ¡como zombies en una película de terror!
En este circo político, hasta los que se sienten «fundadores» y creen que López Obrador les dio un pase VIP desde que eran chamacos están en la jugada. La política es como la moda, siempre regresa, pero con colores y estilos diferentes.
En resumen, ojalá que los que queden al mando tengan algo más que promesas vacías. Ya vimos que en política no basta con querer, es casi una obligación hacer las cosas bien. La política en Puebla es como un ring de lucha libre, y aún no sabemos quién será el rey o reyna que quedará hasta el final. ¡Aguas con las corcholatas, que esto está que arde!
Corcholatas en Campaña
