El gran pendiente: Seguridad
Puebla Capital enfrenta una crisis de inseguridad que no podemos pasar por alto. Día tras día, nos enfrentamos a noticias de asesinatos, robos y una serie de delitos que amenazan la paz de quienes vivimos aquí. No quiero dramatizar ni exagerar, simplemente quiero abordar la cruda realidad que estamos viviendo y la necesidad urgente de tomar medidas.
La inseguridad se ha vuelto tan común que ya no nos sorprende. Nos hemos acostumbrado a convivir con la violencia, y eso es algo que no deberíamos aceptar. ¿Cómo llegamos a este punto? Una parte importante de la respuesta se encuentra en el deterioro del tejido social. En lugar de conocernos y apoyarnos como comunidad, nos hemos vuelto cada vez más aislados. Muchos ni siquiera conocen a sus vecinos. La falta de conexión humana ha hecho que la violencia se normalice, y eso es algo que debemos revertir.
La inseguridad no es solo un problema de percepción, es un problema real que afecta nuestras vidas diarias. La violencia no solo se manifiesta en cifras, sino en las vidas humanas que se han perdido. Es hora de exigir resultados a las autoridades, especialmente a nivel municipal, ya que son quienes tienen la responsabilidad directa de abordar este problema. No estamos hablando de cosas materiales; estamos hablando de la seguridad y las vidas de las personas.
Es decepcionante ver la falta de voluntad política y la desconexión de algunas autoridades con la realidad que vivimos en las calles. La apatía ante la creciente inseguridad es inaceptable. No podemos permitirnos líderes que ignoren el sufrimiento de la población. Las autoridades municipales deben asumir su papel con seriedad y trabajar en colaboración con la comunidad para abordar este problema de frente.
La normalización de la violencia ha llevado a muchos a aceptar la situación en lugar de desafiarla. Pero es hora de despertar y reconocer que merecemos vivir en una ciudad segura. No podemos permitir que la violencia se convierta en parte de nuestra vida cotidiana. La responsabilidad recae en todos nosotros: ciudadanos y autoridades.
La seguridad no es un privilegio, es un derecho fundamental. La reconstrucción del tejido social es esencial, y eso comienza con la creación de comunidades fuertes y solidarias. Debemos conocer a nuestros vecinos, trabajar juntos y construir la confianza necesaria para enfrentar la inseguridad de manera efectiva.
La realidad es que enfrentamos una crisis, y no podemos permitir que la indiferencia y la pasividad definan nuestro futuro. Necesitamos líderes comprometidos y ciudadanos activos dispuestos a trabajar juntas y juntos para abordar la inseguridad en su raíz.
La inseguridad en Puebla es un problema urgente que requiere atención inmediata. No podemos seguir viviendo en un estado de apatía y normalización de la violencia. Es hora de unirnos como comunidad, exigir responsabilidad a nuestras autoridades y trabajar juntos para construir un entorno seguro y pacífico. La seguridad no es un lujo; es un derecho que todas y todos merecemos.
El gran pendiente: Seguridad