Con información de Muy Interesante
Aunque aún es pronto para saber la razón, la aplicación de vacunas parece ayudar contra los síntomas de COVID-19 prolongado.
A tres meses y medio de la aplicación de la primera vacuna contra COVID-19 en el mundo, su poderío para frenar la pandemia es incontestable: la incipiente información de los países más aventajados en sus campañas de vacunación demuestra una reducción de los casos graves y hospitalizaciones en más del 70 % en los sectores que ya recibieron el esquema completo, especialmente adultos mayores.
Se trata de una razón de peso para vislumbrar el principio del fin de la pandemia, después de un 2020 que nació, maduró y murió presa del coronavirus.
No obstante, la vacunación masiva también parece traer consigo un efecto benéfico insospechado para miles de personas que ya cursaron la enfermedad y enfrentan sus secuelas, pues cada vez son más los casos documentados con COVID-19 prolongado que parecen mejorar después de recibir la vacuna.
¿Qué es el COVID-19 prolongado?
Conforme más se conocía del SARS-CoV-2 y sus efectos en el organismo, los doctores descubrieron que en ocasiones, los estragos del COVID-19 no terminan tras recibir una PCR con resultado negativo.
Cada vez más personas recuperadas en todo el mundo reportaban uno o varios síntomas persistentes tras haber sido dadas de alta después de estar enfermas de COVID-19. A los malestares que se mantenían por meses como la tos, dificultad para respirar, fatiga, dolores articulares, musculares o agotamiento extremo, se les llamó COVID-19 prolongado.
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Y aunque a finales de 2020 se creía que sólo el 5 % de las personas que enfermaron de coronavirus experimentaban COVID-19 prolongado, la diversidad de manifestaciones clínicas se expandió a síntomas neurológicos (como pérdida de la memoria, confusión, dificultad para concentrarse, mareos y problemas para comprender palabras cotidianas) e incluso alteraciones del olfato y gusto persistentes por meses.
Un efecto positivo e inesperado de la vacuna
El efecto benéfico de la vacuna en pacientes con meses de COVID-19 prolongado ha sido reportado en personas de distintas edades en todo Estados Unidos. Los casos van desde personas que dejaron de experimentar dolor en las articulaciones y dificultad para respirar, hasta quienes mejoraron después de pasar meses con fatiga.
Y aunque estas mejoras han sido reveladas a través de encuestas y pequeños estudios sin publicar, aún es temprano para saber si realmente se puede considerar una mejora sustancial tras recibir la vacuna o bien, se trata de un efecto placebo a raíz de la inoculación. No obstante, los resultados previos parecen prometedores para las personas que lidian con COVID-19 prolongado.