Observaciones que incomodan: la lupa de la ASE sobre los municipios poblanos
En las últimas semanas, la Auditoría Superior del Estado (ASE) de Puebla ha emitido una serie de observaciones que no solo revelan la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos por parte de diversos ayuntamientos, sino que también deberían generar preocupación en la sociedad sobre el uso de su dinero. Estas observaciones no son meros detalles administrativos; son indicios claros de una gestión deficiente y, en muchos casos, opaca, que exige una respuesta inmediata y efectiva.
Un caso particularmente alarmante es el del Ayuntamiento de Puebla, bajo la administración de Eduardo Rivera Pérez. La ASE detectó un probable daño patrimonial por 261 millones 290 mil 679 pesos en la Cuenta Pública 2023, correspondiente a su último año de gestión. Este dato es un claro indicio de irregularidades graves que podrían haber comprometido el destino de recursos fundamentales para la ciudad. Entre los señalamientos se destacan pagos sin la debida documentación, adjudicaciones directas sin justificación y posible sobreprecio en contratos de obra pública. Esta situación debería ser inaceptable para los ciudadanos, pues refleja no solo una gestión deficiente, sino también una falta de compromiso con la transparencia. La falta de claridad sobre cómo se gastan los recursos públicos es un atentado contra la confianza que los ciudadanos depositan en sus autoridades.
No se queda atrás el municipio de Huejotzingo, gobernado por Angélica Alvarado Juárez, que también fue incluido en las observaciones más recientes, con irregularidades que suman 153 millones de pesos. Las inconsistencias se centran en adquisiciones sin licitación y servicios contratados sin la debida justificación. Además, recientemente se dio a conocer que existe una denuncia sobre un adeudo significativo y malos manejos de los recursos durante la gestión anterior. Según la acusación, el municipio enfrenta una serie de deudas acumuladas y un manejo poco transparente en varias áreas clave, lo que ha complicado la administración actual. Este tipo de irregularidades son una constante en muchos municipios poblanos y hablan de una estructura administrativa que no ha logrado cumplir con los mínimos estándares de transparencia y eficiencia. ¿Cuántos proyectos importantes no se habrán visto frenados por este tipo de malas prácticas?
Otro municipio que no escapa a estas observaciones es San Martín Texmelucan, donde la administración de Norma Layón Aarún se vio señalada por 47 millones de pesos en irregularidades. La falta de documentación que respalde los gastos realizados en su administración es una muestra de que la opacidad sigue siendo una práctica común en muchos rincones de Puebla.
Incluso Adán Domínguez, exalcalde de Puebla, no ha escapado de los señalamientos. Durante su mandato, la ASE detectó pagos fuera de las normativas y una serie de inconsistencias en la justificación de los gastos. Estos casos deberían ser la llamada de atención sobre la necesidad de cambiar la cultura administrativa de los municipios, pues no es suficiente con emitir observaciones: se requiere actuar.
No podemos olvidar el municipio de Cuautlancingo, donde la administración de Filomeno Sarmiento Torres, quien también fue señalada por diversas irregularidades. Se mencionan pagos sin soporte documental adecuado, compras sin procesos de licitación y pagos a proveedores sin justificar su necesidad o cumplimiento de las normas fiscales. Estas prácticas siguen alimentando un clima de desconfianza que debe ser erradicado.
Lo que las auditorías recientes nos revelan es un patrón preocupante: la falta de control sobre los recursos públicos, la falta de transparencia en los procesos de licitación y contratación, y una actitud desafiante por parte de muchos funcionarios que se desentienden de su responsabilidad. La Administración Pública Municipal debe ser sinónimo de eficiencia y honestidad. No podemos seguir tolerando el uso de los recursos de todos para beneficiar a unos pocos.
Es necesario recordar que, más allá de las explicaciones que intentan dar los funcionarios públicos —como excusas de “errores técnicos” o “inconsistencias menores”—, la ciudadanía tiene todo el derecho de exigir transparencia. El dinero que administran estos gobiernos no les pertenece a ellos; les pertenece a los habitantes de sus municipios, quienes tienen derecho a saber qué se hace con sus impuestos.
El contexto electoral de 2025 hace aún más urgente que los ayuntamientos actúen con la máxima transparencia. Puebla no puede permitirse más gobiernos que actúan a espaldas de la ciudadanía. Porque rendir cuentas no debería ser opcional, y porque observar no basta si no se sanciona.
Y aquí la gran pregunta… ¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
Para cualquier duda, sugerencia, comentarios y más, estoy en mis redes sociales, X como @jorgereportero1, y en el portal digital:
www.elquintomedio.com, y en el correo jorgeab304@gmail.com
Observaciones que incomodan: la lupa de la ASE sobre los municipios poblanos
