Este viernes el papa Francisco presidió la celebración de la Pasión de Cristo, la cual se realiza tradicionalmente en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, sin embargo, en esta ocasión no se tendió en el suelo del templo para rezar, como regularmente se hace.
Y es que, en últimas fechas se ha dado a conocer un dolor de rodilla del pontífice argentino, razón por la que en esta ocasión, tras llegar al altar mayor, rezó de pie y en silencio ante la tumba de San Pedro.
El Viernes Santo, se conmemora el martirio y muerte de Jesús de Nazartet, es la única del año donde no hay consagración, pero sí comunión.