Sofía Rodríguez
La fuerza laboral en Puebla la integra un millón 153 mil 13 mujeres, que representa casi el 40% del total de la Población Económicamente Activa (PEA). Sus condiciones son inestables, puesto que más de la mitad no tiene acceso a instituciones de salud, prestaciones laborales o contrato por escrito.
Así se observa en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente a diciembre pasado, publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en la que también se refleja que pocas tienen la oportunidad de estar al frente de las unidades económicas, y de acceder a salarios dignos.
Condiciones laborales precarias
Seis de cada 10 poblanas no tienen estabilidad laboral y podrían ser despedidas en cualquier momento. De acuerdo con el instituto, de 652 mil 551 trabajadoras subordinadas, 240 mil 698 sí tienen contrato, ya sea temporal, de base o no especificado, pero 407 mil 371 no tienen.
Esto implica además que, ante la falta de un contrato por escrito, laboren en la informalidad sin derecho a prestaciones laborales. Esto se refleja en que 433 mil 862 no tienen acceso a instituciones de salud, y otras 363 mil 228 no tienen prestaciones laborales.
Ingresos y sectores de desempeño
La encuesta del instituto también muestra que predominan los hombres al frente de las unidades económicas, ya que hasta diciembre pasado sólo había 22 mil 876 empleadoras y 283 mil 942 trabajadoras por cuenta propia; esto adicional al sector asalariado.
Las posiciones y rangos en las que se desenvuelven se reflejan en los ingresos que perciben: menos del uno por ciento (8 mil 724 poblanas) gana más de cinco salarios mínimos equivalente a 615 pesos diarios. Por el contrario, 432 mil 881 ganan hasta un salario mínimo, es decir no más de 141 pesos al día.

Algunas jornadas de trabajo alcanzan 48 horas a la semana, aunque su duración no se vea realmente reflejado en los sueldos que reciben.
Tres de cada cuatro poblanas están empleadas en el sector terciario que involucra actividades de comercio, restaurantes, servicios profesionales, financieros entre otros.
El resto se encuentra en el sector primario o secundario, como la agricultura, ganadería, e industria manufacturera, de la construcción, electricidad o extractiva.